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Cuerpo de atleta

5 partes clave para un rendimiento óptimo

Por el Dr. Phil Maffetone

Traducción de Ester Galindo

 

Los atletas nos pasamos gran parte del tiempo hablando de los componentes de la bici, las zapas de correr y las últimas novedades en aplicaciones para el control cardíaco. Pero, en realidad, todo lo que necesitamos para triunfar son los componentes naturales de nuestro cuerpo, los cuales son mucho más relevantes que toda la tecnología moderna junta. Aunque el cuerpo humano es mucho más que la suma de sus partes, si comprendemos lo increíble que puede llegar a ser, quizás valoremos más y mejor la necesidad de cuidarlo bien. Echemos un vistazo a cinco partes clave que contribuyen a que gocemos de una mejor salud y forma física, y nos pueden ayudar a entrenar y competir a nuestro máximo rendimiento deportivo.

Pies

Tal vez lo más prodigioso del cuerpo humano esté en su base: los pies. Como son los que establecen el contacto con el suelo, son ellos los que regulan lo bien que entrenamos y competimos. Una característica sorprendente de los pies es que convierten la energía gravitacional —que generamos en cada pisada— en la energía mecánica que impulsa los músculos y nos mueve hacia adelante. Cuanto más eficiente sea este mecanismo, más rápido y más lejos nos desplazaremos.

Al correr, el cuerpo rebota sobre unas piernas dóciles y unas rodillas desbloqueadas, por lo que la zancada se basa en lo que llamamos «energía de retorno» para generar una potencia considerable. Para reciclar la energía del impacto, cada vez que pisamos el suelo, esta maravilla biomecánica depende de los tendones del pie y de la pierna, pues lo que contribuye a accionar dicho mecanismo es la tensión natural que estabiliza los tendones e impulsa el cuerpo hacia adelante. El grande y elástico tendón de Aquiles, entre otros, tiene un papel clave en este proceso de generación de energía. Dichos tendones suelen presentar un cierto grado de tirantez, incluso en reposo, motivo por el cual es preciso evitar aflojarlos demasiado mediante estiramientos, masajes agresivos u otro tipo de terapias.

Cuando el impacto de cada una de las pisadas no se recicla adecuadamente para desplazar el cuerpo hacia adelante, suelen aparecer dos problemas. En primer lugar, el ritmo de carrera se ralentiza. En segundo lugar, toda la fuerza del impacto gravitacional puede causar estrés y producir una lesión.

No hay nada que interfiera más con el sistema de retorno de energía del pie que el calzado. Pisar primero con el talón, llevar suelas gruesas, calzar zapatillas que no se ajusten bien y demás problemas de calzado pueden afectar negativamente este mecanismo clave. La consecuencia puede ser: menos energía para el ejercicio y un mayor riesgo de lesión.

Hígado

Situado debajo de las costillas delanteras, en el costado derecho, el hígado es un órgano que anda siempre muy ocupado, ya que funciona más bien como una glándula. Contribuye a mantener un sueño reparador gracias a que regula el azúcar en sangre durante la noche (convierte el glucógeno en glucosa), fabrica bilis para la digestión, produce hormonas para construir músculo y filtra la sangre para desintoxicar el cuerpo entero.

Las toxinas y otras sustancias químicas abundan tanto en nuestro cuerpo como en el medio ambiente. Algunas son producidas por el propio metabolismo, sobre todo cuando entrenamos fuerte. Otras se ingieren a través de los alimentos, el agua y el aire, ya sea por la contaminación o las sustancias artificiales que se añaden a la comida.

El hígado también regula las hormonas, los nutrientes y otras sustancias naturales que necesitan ser depuradas. Una vez que todos estos elementos han cumplido su cometido, el hígado debe eliminarlos, pues de lo contrario no sería posible mantener el equilibrio bioquímico necesario.

Una vez desintoxicadas dichas sustancias, el hígado se deshace de ellas a través de la vesícula biliar y del intestino. Por este motivo es tan importante, también, gozar de una buena función intestinal.

Cuando la desintoxicación del hígado no es eficiente, nuestro cuerpo suele darnos pistas o síntomas. Entre otras cosas, puede hacernos sensibles a ciertos alimentos o sustancias químicas, como:

  • La cafeína
  • Las sustancias químicas habituales, como los perfumes, las pinturas, los cosméticos y los productos de limpieza.
  • Alimentos como el pomelo, la cúrcuma, el curry, el chile y los clavos de olor.
  • Los medicamentos como las benzodiacepinas (Valium, etc.), los antihistamínicos y ciertos antibióticos y antimicóticos.
  • Fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como la aspirina y tantos otros, pueden interferir significativamente en la correcta desintoxicación del hígado. Y tomar alcohol en grandes cantidades puede tener el mismo efecto.

Para realizar de manera eficiente las distintas fases de la desintoxicación, el hígado necesita una gran variedad de nutrientes. Las esenciales son las proteínas completas y los múltiples micronutrientes y fitonutrientes. La mejor manera de obtenerlos es a través de una dieta saludable de alta calidad, que incluya 10 o más raciones de frutas y hortalizas ecológicas frescas al día, además de hierbas naturales y especias.

Mitocondrias

El cuerpo está accionado por el motor aeróbico, el cual dispone de unos generadores de energía llamados mitocondrias. La capacidad de estos componentes celulares para convertir la grasa en ATP y así producir energía resulta clave para los aspectos de resistencia y velocidad. En cada una de las células (o fibras) musculares aeróbicas, rojas y de contracción lenta —que forman parte de casi todos los músculos esqueléticos humanos— hay múltiples mitocondrias. El entrenamiento aeróbico y una dieta óptima favorecen el proceso de producción de energía, mientras que el sobreentrenamiento, el estrés y la comida basura lo deterioran.

Además de para el ejercicio físico, gran parte de la energía producida por las mitocondrias en cada fibra muscular de resistencia se destina al soporte físico de las estructuras del cuerpo. Esto ayuda a estabilizar las articulaciones, los huesos, las fascia, los tendones, los ligamentos y otros músculos, lo cual previene lesiones y acelera la recuperación.

Un obstáculo clínico habitual entre los atletas de resistencia es la combinación de una baja energía (reducción del vigor) y ciertos problemas físicos (lesiones). La causa más común de todo ello es una merma del funcionamiento de las mitocondrias, pues estas constituyen un componente clave de todo el «sistema aeróbico».

Intestino

Obviamente, la comida de verdad constituye la fuente ideal de energía para nuestro cuerpo, y ningún producto fabricado puede mejorar o reemplazar esto. Dicho esto, incluso llevando una buena alimentación, si el intestino no trabaja bien, toda esa buena comida puede echarse a perder. El tracto intestinal al completo, desde la boca hasta el colon, resulta crucial para obtener las materias primas de los alimentos y poder gozar de una salud y una forma física óptimas.  Gracias al proceso de digestión, las hortalizas, las frutas, las carnes, los frutos secos y demás alimentos son transformados en partículas más pequeñas, tanto porque se reducen físicamente como porque se degradan químicamente. Esto permite que los intestinos absorban los nutrientes: los aminoácidos de la proteína, los azúcares de los carbohidratos y los ácidos grasos, junto con múltiples micronutrientes, incluidas las vitaminas, los minerales y miles de fitonutrientes.

El intestino es, asimismo, el lugar donde reside gran parte de nuestro sistema inmunológico. Las infecciones frecuentes, por ejemplo, suelen indicar un intestino dañado. Tanto la función intestinal como la inmunidad suelen ser las primeras áreas en padecer el estrés, ya se deba a un exceso de entrenamiento o a cualquier sobreesfuerzo físico, químico o tensión mental-emocional.

El intestino tiene muchas cosas en común con el cerebro, y ambos están en constante comunicación para mantener el buen funcionamiento del cuerpo. De hecho, durante el desarrollo embrionario, estas dos fascinantes partes del cuerpo forman una sola por un breve período de tiempo.

Cerebro

Arriba de todo de la lista de las partes clave de nuestro cuerpo está el cerebro. Precisamente porque este lo regula todo: desde el importante equilibrio entre la contracción y la relajación muscular para gozar de una zancada suave y eficiente; hasta el equilibrio hormonal para el entrenamiento, la competición y la recuperación; pasando por el mantenimiento diario y la reparación de los tejidos.

Por medio de constantes chequeos de todo el cuerpo, el cerebro también se comunica con nuestra mente consciente, a la que suministra información vital y «pistas». Algunas de estas pistas son bastante obvias, como el dolor, mientras que otras no lo son tanto, como una zancada irregular o la etapa más temprana de una lesión. Esto es particularmente importante cuando el rendimiento empieza a bajar o hay algo que no acaba de funcionar bien. Aquello de “escucha a tu cuerpo” no es sólo una manera de hablar.

Con la información que nos aporta el cerebro, podemos fiarnos de nuestro pensamiento crítico (lo llaman sentido común) para hacer los ajustes necesarios al entrenamiento, la dieta y otros aspectos de nuestro estilo de vida, y así reajustar nuestro cuerpo o volver a la carga. En sentido estricto, el cerebro es nuestro mejor entrenador, fisioterapeuta, psicólogo, nutricionista y amigo.

A diferencia de otros tipos de equipamiento deportivo —que solemos sustituir en cuanto dejan de funcionar—, los componentes humanos se reparan a sí mismos de múltiples maneras. Además de una buena alimentación, una correcta desintoxicación hepática y una óptima función cerebral, el proceso de recuperación (que incluye la relajación) constituye el arma secreta más poderosa que posee un deportista a la hora de ganar fuerza y velocidad sin romperse en el intento. Si bien esto puede implicar reducir las horas de entrenamiento o el número de competiciones cuando el cuerpo está sobrecargado, un requisito indispensable es darle su dosis necesaria de descanso nocturno: de siete a ocho horas de sueño ininterrumpido.

Mantén estas fascinantes partes del cuerpo funcionando correctamente y verás cómo tu sueño de alcanzar tu máximo rendimiento deportivo se hace realidad.

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